Branding

¿Qué debe incluir un benchmarking?

By. Carolina
14.11.2024
¿Alguna vez te has preguntado cómo algunas empresas parecen estar siempre un paso adelante, haciendo todo bien mientras tú te preguntas qué podrías estar haciendo mejor? No es magia, es benchmarking. Este proceso te permite mirar más allá de tus propias cuatro paredes y aprender de aquellos que ya han descifrado el código del éxito.
Si estás listo para llevar tu negocio al siguiente nivel, sigue leyendo. Aquí te explicamos cómo hacerlo, paso a paso.

¿Qué es el benchmarking y para qué sirve?

El benchmarking es un proceso en el que una empresa o individuo compara sus prácticas, productos, servicios o métricas con las de otros, generalmente con los mejores de la industria o con competidores directos. El objetivo es identificar las mejores prácticas y áreas de mejora para implementar cambios que ayuden a optimizar el rendimiento y alcanzar una mayor competitividad.

¿De qué sirve?

  • Mejora continua: Ayuda a identificar áreas donde tu negocio puede mejorar y permite aprender de aquellos que ya están haciendo las cosas de manera eficiente.
  • Competitividad: Al entender lo que otros están haciendo bien, puedes adoptar o adaptar estrategias que te permitan mantener o ganar ventaja competitiva.
  • Innovación: Puede inspirarte a pensar fuera de lo convencional y a innovar en tus procesos y estrategias.

Tipos de benchmarking

Existen varios tipos de benchmarking, cada uno con un enfoque específico que te permitirá obtener diferentes tipos de insights:

  • Benchmarking interno: Se enfoca en comparar las prácticas dentro de diferentes áreas de tu propia empresa para identificar y estandarizar las mejores.
  • Benchmarking competitivo: Es la comparación directa con tus competidores, ideal para entender tu posición en el mercado y cómo mejorar frente a ellos.
  • Benchmarking funcional: Compara procesos específicos con empresas de otros sectores que destacan en esas áreas. Este tipo de benchmarking es útil para obtener ideas nuevas e innovadoras.
  • Benchmarking genérico: Se enfoca en procesos o funciones que son comunes a cualquier tipo de industria, como la atención al cliente o la gestión de la cadena de suministro.

Fases del benchmarking

El proceso de benchmarking sigue varias fases bien definidas que te guiarán desde la planificación hasta la implementación de mejoras:

  1. Planificación: Determina qué procesos o áreas quieres comparar, elige las empresas o sectores a estudiar y define las métricas clave que utilizarás.
  2. Recolección de datos: Reúne toda la información relevante sobre las prácticas y resultados de las empresas o sectores que has seleccionado.
  3. Análisis: Compara los datos recolectados con los de tu empresa, identifica las mejores prácticas y señala las áreas de mejora.
  4. Acción: Implementa los cambios necesarios en tus procesos basándote en los hallazgos obtenidos.
  5. Monitoreo y evaluación: Mide el impacto de las acciones implementadas y realiza ajustes si es necesario. Este es un proceso continuo para asegurar la mejora constante.

Un benchmarking te ayuda a identificar áreas donde tu negocio puede mejorar.

Métricas y datos relevantes

Las métricas que debes considerar en tu benchmarking dependen de tu industria y objetivos específicos. Aquí te mencionamos algunas comunes:

  • Productividad: Eficiencia operativa, tiempo de ciclo, tasa de producción.
  • Calidad: Tasa de defectos, satisfacción del cliente, devoluciones.
  • Costo: Coste de producción, margen de beneficio, coste de adquisición de clientes.
  • Tiempo: Tiempo de entrega, tiempo de respuesta, tiempo de desarrollo de productos.
  • Innovación: Nuevos productos lanzados, patentes registradas.
  • Satisfacción del cliente: NPS (Net Promoter Score), índices de retención, feedback de clientes.

¿Qué hacer con los resultados? ¿Cómo evaluarlos?

Una vez que has recopilado y analizado los datos, es hora de poner en práctica lo aprendido. Aquí te explicamos cómo proceder:

  • Prioriza las mejoras: Identifica las áreas clave en las que puedes obtener el mayor beneficio al implementar cambios.
  • Desarrolla un plan de acción: Elabora un plan detallado para implementar las mejoras necesarias, asignando los recursos adecuados y estableciendo plazos claros.
  • Implementación: Lleva a cabo los cambios en tus procesos, servicios o productos según lo planificado.
  • Monitoreo continuo: Evalúa regularmente el impacto de los cambios implementados. Si los resultados no son los esperados, ajusta las estrategias según sea necesario.
  • Repite el proceso: El benchmarking es una herramienta dinámica. Realiza evaluaciones periódicas para seguir mejorando y adaptándote a las nuevas condiciones del mercado.

Al comparar e investigar qué hace la competencia, puedes identificar áreas de mejora, adoptar nuevas prácticas y lograr una ventaja competitiva en el mercado. Recuerda que el benchmarking es un proceso continuo, y su éxito depende de tu disposición para adaptarte y evolucionar con las nuevas tendencias y prácticas de la industria.